domingo, 3 de julio de 2011

Sin título

Casate conmigo. Mejor aun. El día de tu boda vete a otro lado. Mi Habibi cerrado, muy cerrado, tanto que te niegas a hacer algo respecto a lo que no quieres que sea verdad. Perdonala, esta bien, tienes tanta fe en que se puede cambiar que siempre lo logras y estoy segura que ella no volverá a hacer nada como lo que ha hecho. Pero separate de tu negocio, vete por tu cuenta, has otra cosa, te conviene más, no es muy buena idea estar en negocios con gente que ya te ha traicionado de mil formas, puede que no te vaya mal, pero seguramente sin esa mala leche te iria mucho mejor.

Me digo que nada te hará cambiar de parecer, pero más bien es que yo no sé que cosa pueda hacerte cambiar de idea. Si lo hago yo seguramente quedare fuera de tu corazón junto con toda la gente que hay ahorita, seria benefico para ti, malo para mi. Mejor, cuando te atrevas a seguir tu propio impulso llega a mi casa, poco a poco quedate a vivir en ella, mientras, sin que yo lo sepa, separate, divorciate, abandonala a una semana de pisar el altar... lo que quieras, como quieras, cuando quieras, pero no me lo platiques gran cosa. Conmigo regresa para quedarte, sin rancionar el tiempo ni contar los días, vete instalando en mi casa, un día pasamos por un registro civil y nos casamos. O no. Da igual, mientras cada noche pueda acurrucarme contigo en el sillon, mientras puedas llegar a mi casa con la confianza de quitarte los zapatos y dejar la ropa tirada, reirte con sinceridad, besarme y abrazarme sin remordimientos, dejar fluir tu lado alegre, sin inhibiciones, sin límites. Y sobre todo, que regreses para quedarte por siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario